Siempre es bonito cuando antes de empezar un viaje uno
piensa en las cosas que uno cree que necesita; poco a poco va investigando que
más puede hacer falta y se empieza a elaborar una lista. Uno cree que es una
buena lista pero quizá haya cosas que se escapan, así que uno empieza a mirar
foros y blogs de otros viajeros y se da cuenta de lo lejos de la realidad que
uno estaba. Al final la lista es interminable pero empezamos a mirar lo que
tenemos, lo que no tenemos lo pedimos prestado, patrocinado, etc… y finalmente
hay que comprar intentando estirar al máximo el dinero, y estirar al máximo el
gasto mensual y al cabo de unos meses quizás acabaremos tachando todo lo que
teníamos pensado de la lista; o quizás lo obviemos porque si no nos ha hecho
falta hasta ahora, ¿por qué lo ibas a necesitar en el viaje?
En ese punto uno se da cuenta de que cuanto más compara uno
y visita tiendas más piensa que quizás esa chaqueta que estaba en la lista al
final no abriga lo suficiente; o si a las bicis con las que viajamos a Japón le
hacemos unos arreglos no sirven, pero quizás haya que dar el paso y comprar
algo en condiciones después de algunos problemas que nos dieron; o si puede que
el maldito GPS que siempre hemos dudado sobre su necesidad sea realmente
necesario complementando los mapas en papel…
Entre unas cosas y otras nos pusimos en contacto con Crosso,
una marca de alforjas polaca que ya utilizamos en nuestro viaje a Japón gracias
a las que nos prestaron de Cyclotrip. Tras breve intercambio de mensajes les
gustó la idea de nuestro viaje y decidieron colaborar con un buen descuento en
material, así que en total encargamos 4 alforjas traseras, 4 alforjas
delanteras y 2 bolsas estancas, pero de esto ya hablaremos más adelante.
Ahora por fin estamos en ese momento en que los meses pasan
y el viaje cada vez va tomando más forma y actualizando un poco el material con
el que contaremos podemos decir que tras estudiar, repasar y darle vueltas y
más vueltas a esa maldita lista, casi casi tenemos todo lo que nos hace falta:
todo el abrigo para épocas de frío, toda la ventilación para aguantar el calor,
todo el resguardo para descansar bajo las estrellas… pero lo mejor de todo es
que ¡aún no tenemos bici!
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